Hace dos semanas me mudé a mi propio departamento. Mis padres andan un poco tristes por esto, tal vez hasta molestos. Ahora estoy viviendo sola, al principio no les gustó para nada la idea pero tengo casi 19 años, con un hambre de independencia desde los 12 años. Ya no podía estar más tiempo bajo el techo de ellos, aparte con la vida que estoy llevando tarde o temprano algo va llegar a sus oídos, estoy segurísima que no les va agradar y me puede costar una paliza de “padre y señor mío”
En honor a la verdad, me resulta un poco complicada la nueva situación. Para empezar no hay alguien que me prepare el desayuno ni el almuerzo, por la cena ni que decir, no como por las noches, siento que el dinero se me va de a poquitos así que me volví bastante tacaña, hoy no presto, no regalo, no invito helado a mis amigas, pero sí acepto invitaciones de chicos y chicas. Mis amigos ya saben que vivo sola, se les ocurrió que hagamos una fiesta en mi casa para inaugurarla, la hicimos el sábado pasado, quedé en no gastar nada para ello así que todo lo pusieron ellos, de mi parte sólo puse la sala y la música.
Estuvieron en la fiesta muchos chicos lindos. La cosa estaba como para cualquier cosa, pero al mudarme hice una lista de cosas que no debo hacer para no sentirme muy inmoral y los vecinos no se quejen de mi mala conducta, es más, en lo posible ni lo noten. Como siempre, nadie piensa nada malo de mi persona y no la voy a malograr ahora que debo ser más responsable. Lo cierto es que en mi lista de cosas prohibidas está el que no debo contaminar el lugar donde vivo (me la copié de “Entrevista con el Vampiro”, la película), entonces debía contenerme en ciertas cosas, igual nos divertimos bastante. Había cerveza, bocaditos, buena música, el ambiente aunque pequeño estaba agradable, muy en confianza, para ser sincera, yo estaba ansiosa, con unas copas demás y mucha adrenalina corriendo en mi sangre.
Entre los chicos estaba uno de mis amigos a quien le tengo ganas de hace rato, es un tipo moreno (con lo que me gustan los morenitos), conversa muy bien, creo que también tiene un blog que otros amigos leen, en fin. Lo que pasó es que esa noche en especial, fue que él se me acercó en medio de toda la gente que me rodeaba y los chicos que se me pegaban tratando de bailar conmigo, él se acercó con confianza como siempre, estábamos conversando, gritando diría yo, por la bulla, luego bailamos un poco, me divertí mucho, al rato la “gentita” empezó a quitarse, fuimos quedando unos pocos, a eso de las cuatro de la mañana no había ninguno aparte de mi amigo y yo, no les miento al decir que yo le tenía serias ganas a este tío, más esa noche porque estaba con una camisita de ambiente, el pantalón que usaba dejaba apreciar sus atributos a la perfección. Estaba como para comérselo con zapatos y todo, creo que la cerveza tuvo algo de culpa en mi visión.
Ya estábamos solos, en mi casa, no había riesgo de padres ni nada, apagué el estéreo, nos sentamos en el mueble, el ambiente se sentía extraño, yo estaba bastante cómoda, algo confundida tal vez, porque no sabía a qué se debía tanta confianza, de pronto me tomó del cuello con suavidad y firmeza, me besó, yo le seguí la corriente, mientras en mi cabeza mis pensamientos revoloteaban: “no sé qué es lo que piensa exactamente de mí, es mi amigo, que yo sepa nadie sabe lo que ocurre en mi vida íntima, menos él, por lo que probablemente piensa que soy virgen, no tocaré el tema, no quiero parecer fácil, al final, sólo quiero pasar un buen rato, espero que traiga protección, sino la trae, mejor.” Pero no podía quedarme ahí, no podía romper mis propias reglas.
Le propuse ir a otro lugar explicándole que no podía contaminar el lugar donde vivo, que además soy una señorita y esas cosas estaban mal, que si lo íbamos a hacer tenía que ser algo especial, él no se negó, salimos de mi casa nueva recién inaugurada con chape y todo, nos subimos a su moto, una wave negrita.
– Vamos a mi casa, no hay nadie ahí, mis viejos salieron a un matri y mis hermanas cada quien con su plan.
– Vamos pues.
Fuimos a su casa, yo empezaba a ponerme nerviosa, creo que estoy confundida, no sé qué estoy haciendo con mi vida, ya era muy tarde para arrepentimientos. Llegamos a su casa, bajamos de la moto, entramos al lugar, fuimos directamente a su habitación, por cierto estaba ordenada para ser la habitación de un varón, y ahí empezó la cosa seria, pensé en poner en práctica lo que mi “maestro” me había enseñado, fue una noche genial, incluso me enseñó cosas nuevas, a pesar de las anteriores experiencias que tuve, esta vez me causó dolor me parece que fue por lo brusca de las novedades, en fin, creo que con eso se convenció mi amigo de que era virgen, de todos ,modos no es algo que me preocupe ya que si lee este blog entonces conoce mis antecedentes, puede que hasta se esté sintiendo como ratón de laboratorio, no usó preservativo así que tenía que hacer algo al respecto.
Cuando terminamos eran cerca de las seis de la mañana, yo debía volver a mi refugio, así que nos levantamos, me di un duchazo, después de vestirme, ponerme bonita salimos de vuelta a mi casa, como era de esperar tomé pastillas del ”día siguiente”, él las compró, ninguno quisiera tener problemas innecesarios en estos momentos.
Ahora debo dedicarme a convertirme en una persona más responsable de sus actos, espero que mi amigo no se haya enamorado de mí, no quisiera tener que explicarle mis principios sentimentales. La próxima vez tendré más cuidado con el alcohol.
Miss Lizzy
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Mi gran amiga me había invitado a una fiesta en su casa, recuerdo cuando la conocí tenía mucha expectativa sobre ella, ya me habían dateado que es muy trabajadora e independiente para su corta edad, he logrado conocerla sin que ella se dé cuenta, entablamos una amistad muy interesante por el chat, conversamos cosas de amigos, cosas que no diría a nadie más, A pesar de que en persona conversamos poco sobre esos temas tan libidinosos que tocamos virtualmente, estos últimos meses ha mejorado sus escrituras, tiene un blog interesante, siempre me ha gustado físicamente , pero nunca me atrevería a decirle algo, desde que leí un artículo suyo acerca de cómo llevaba a cabo estudios protervos sobre el comportamiento de los hombres, ¡no!, jamás seria uno de sus experimentos.
La hora pactada era las 8pm, su cuarto era pequeño, acogedor con detalles de mujer ordenada, un rincón muy especial, muy hogareño, libros por aquí, flores por allá, con adornos muy de su edad, que bueno que no haya algún afiche de los Jonas Brothers. Toqué la puerta y ella me abrió, estaba muy linda ese día, estaba con una blusa azul con escote muy atrevido. Mi mirada no podía quedarse solo en su rostro, casi involuntariamente mis ojos bajaban a ver sus perfectos senos, ella se dio cuenta y solo atinó a reír.
Minuto a minuto llegaban los invitados, algunos amigos en común. En poco tiempo el pequeño cuarto ya estaba lleno, había mucha bulla, por lo que tenía que acercarse uno al oído de otro para poder conversar, después de recibir a todos los invitados ella se había sentado a mi lado, me hablaba al oído, cosa que me resultaba casi excitante, había algo diferente en ella, estaba muy libre, muy sensual, los tragos pasaban y poco a poco uno a uno se fueron retirando quedando solo algunos, estaba bailando con una chica en especial que me llamaba la atención, hasta que enrumbó a su casa y me dejo solo , la anfitriona ya estaba con copas de mas, no actuaba descontrolada, sino que era muy sincera, muy honesta con lo que decía, coqueteos indiscretos, tocaditas que me erizaban la piel, verbigracias que hacían que piense en que tal vez podía pasar algo esa noche. Se fue al baño y vino convencida de lo que tenía que hacer.
Ella me mira, sus ojos tienen otro tono, se acerca sin decirme nada me jala a la pista de baile, la música rimbombante y sensual suena en cada esquina, mueve sus caderas de forma lúbrica, su mirada me seduce y me invita a seguirle el ritmo, me da su tras rozándome el cuerpo, yo sigo sus movimientos, ella lo ha sentido, y con cierto recelo se pega más.
Escenas rijosas pasaban por mi mente, pero había algo irresuelto revoloteando en mi mente, siempre la he tenido respeto a todas mis amigas, siempre fui un caballero, pero a esta mi amiga le tenía cierto pavor, porque escribe acerca de sus experiencias sexuales, así que no quería ser un post más, o tal vez enamorándome de ella. No quiero parecer tierno ni adorable, tampoco quiero sentirme comprometido con ella, no quiero que me reclame por algo o me siga los pasos.
Hasta que al final solo quedamos ella y yo, no necesitábamos decirnos nada, el previo baile ya había hecho el contrato, ya había hablado por lo que sucedería, ya me había dicho con roces que no me vaya. Tomé la iniciativa, me acerqué violento y la cogí de su estrecha cintura, la besé de forma apasionada, moviendo la cabeza de un lado a otro, mis manos no sabían si pasar por sus glúteos o quedarse solo en su cintura, ella me cogió las pompis, así que yo hice lo mismo, se torció de excitación, nos echamos en el sofá sin dejar de besarnos como dos locos, creo que algo de deseo nos teníamos, nunca había besado de esa manera a alguien.
_No, no.
_ ¿No qué?
_ Aquí no podemos hacerlo, este es mi hogar y se merece algo de respeto.
_ Vamos a mi casa, no hay nadie ahí, mis viejos salieron a un “matri” y mis hermanas cada quien con su plan.
_ Vamos pues.
Salimos presurosos del cuarto, nos subimos a mi moto y fuimos con dirección al nirvana sexual.
En el camino solo pensaba cómo iniciar, si ser dócil, cariñoso, o solo tener sexo sin compromiso, muchas dudas. Y es que al día siguiente nos veríamos igual, conversaríamos igual, ocultándonos detrás del cinismo.
Entramos a mi casa, todo estaba oscuro ella miraba todo, muy curiosa, entramos a mi cuarto. Y sin perder el tiempo ella se cogió de mi cuello, por un momento quedé motolito, su cuerpo era celestial, muy blanca, yo soy moreno, más alto que ella, ella es mas chiquita, por eso parece de menos edad. Yo quería sacar un látex, mientras ella no dejaba que la dejase en marasmo incontrolable , simplemente nos echamos en la cama yo en su encima, la bese de pies a cabeza, sin caer en lo obsceno , por lo que solo pase mi lengua por una de sus piernas, ella dio un quejido de los mil demonios, ella me abrazo fuerte rasgándome la espalda, yo me movía despacio pero duro, ella quebraba la espalda, el corazón me latía más fuerte y mis movimientos de cintura se hacían mas rápidos, hasta que el proceso meramente sexual llegó a su fin.
_ ¡Qué rico estaba, qué rico estaba, maldición!
_ ¿Tú crees? – Con mi cara de macho-
_ Sí, pero no seas torpe pues, como vas a derramar dentro
_ Porque me olvidé, pues.
_ ¿Qué haremos ahora?
_ Para eso hay Postinor, pe.
_ ¿Qué es eso?
_ La pastilla del día siguiente, y si eso no funciona, hay la pastilla del mes siguiente, el Citotex.
_ Tas webón, ni cagando, mañana mismo me compras una pastilla del día siguiente.
Nos miramos como diciéndonos varias cosas sin pronunciar palabra alguna, no hubo caricias dulces ni la pregunta clásica después del sexo: “¿qué seremos ahora? ¿Enamorados?”, solo un subrepticio deseo puramente carnal, nos volvimos a besar.
El segundo round empezó y terminó como el primero: exclamando a los 4 vientos lo bien que estaba
Muy arreglada ella, fuimos a una farmacia (para variar un conocida mía me atendió y se pegó una risa) le di las pastillas y le dejé en su aposento. Mientras volvía decidí ir a mi oficina, me metí a la piscina, no había nadie , solo yo y mi cigarro, fumaba mientras pensaba en cada parte de su cuerpo y lo que yo había significaba para ella, quizás solo me ha deseado como yo a ella en el fondo, quizás solo sea un pasatiempo, o quizás solo se le pasaron los tragos, pero de algo estoy seguro, que no olvidara esta noche, y si le gusto va volver, y si vuelve, no sé qué pueda pasar, a lo mejor se enamora de mi o yo de ella, o quizás se convierta en un vicio sin control. Doy una pitada, el humo se dispersa lento dibujando una figura misteriosa, dibujando una absurda forma entre el escenario apacible y cálido de la mañana iquiteña, vagando sin control ni dirección como esta aventura, como ésta mi vida.
Franz Max