En el auditorio de la Biblioteca Nacional en Lima se realizó un conversatorio por demás interesante, que reunió a tres de los artistas más representativos de la Loreto, Rember Yahuarcani, Christian Bendayán y Gino Ceccarelli, quienes presentaron sus posturas en relación a la percepción que tienen los peruanos – limeños en relación a los amazónicos. La cita cursaba entre debatir sobre las leyendas que se han forjado a punta de publicitados ejemplos como la “mujer ardiente” el habla “charapa”, la “haraganería del varón”, lo mágico artístico y estigmas con los que se identifica al que llega o al que vive en Iquitos.
Ceccarelli se esfumó por las bandas y dio una explicación tropical para intentar entender la idiosincrasia amazónica. Para él, el calor era funesto para el trabajo y el ocio fomentaba al extremo la imaginación que a su vez gestaba la “llullampería” inocente como un recurso casi genético en el amazónico. Bendayán fue más sectorial y se fue por la interpretación y sinopsis de lo que el arte a través de la pintura ha representado en Iquitos. Explicó que los urbanos en realidad son distintos a los rurales o ribereños y que, si bien es cierto que existe una definición de los “charapas” en Lima y en el Perú, esta se basa en la idea de un poblador migrante que ha construido sus bases y lenguaje social denostando del indígena.
Rember Yahuarcani fue menos explicitó pero a su vez más directo en torno a la discriminación como artista y poblador indígena. “Si a nosotros (los amazónicos) nos miran como nos miran, al poblador de las comunidades nos miran dos veces peor”, alcanzó a decir con la honestidad que caracteriza a todo arte que se basa en la representación del realismo – imaginario como se podría identificar su obra. Las explicaciones en realidad eran poco estructuradas y hasta sosas y, en el caso de Ceccarelli, incluso se podría decir que se basaba en una interpretación lejana y muy parcializada de lo que realmente ha constituido la referencia para que Lima y el Perú nos miren como nos miran.
Pero ¿Cómo nos miran? Tal vez las preguntas y posiciones del público pudo dar mayores luces a la interrogante pues abordaba los elementos más marqueteros en torno a la Amazonía, pues no sólo hablaban de la “despensa” que representa sino de las “mujeres calientes”, de la variedad del simbolismo sexual como el licor, el exotismo, la chamanería y hasta la pobreza o abuso infantil como los íconos de una cultura que aún en el siglo XXI no se conoce y menos se entiende. Incluso, por un momento uno de los panelistas volteó la pregunta para interrogar a los presentes y decir cómo miran los amazónicos a los peruanos y salieron las conclusiones que en realidad representan también una desvirtuación de lo que pasa en el Perú y la misma idea de fragmentación en la que vivimos y que parece ser nuestro principal problema.
Acaso el amazónico no mira al limeño como el mentiroso pendejo que quiere sacar provecho de todo a cualquier costa, el ladrón que engaña (no miente o llullampea) y que está decidido a todo con la intención de obtener un rédito. Acaso el amazónico no es racista – así como lo es el limeño con él – con el andino, no sucede que también han estigmatizado al “serrano” para identificar al que habla mal, al taciturno, poco aseado, introvertido peligroso y le han creado fortunas mal habidas por el simple hecho de conseguir algo de comodidad en tan poco tiempo.
Aunque no han sabido explicarse muy bien nuestros mejores representantes contemporáneos del arte acerca de esta construcción de ideas forjadas socialmente y al parecer de manera irremediable (porque no se habló de los medios de comunicación como la herramienta que ha trastocado todo y ha impulsado el estigma, en su afán de vender todo y a toda costa), lo que sí ha demostrado una vez más es la causa que ha provocado talvez esta desorbita en buscar unas respuestas más totalizadoras del asunto y esto puede responder a que en la Amazonía aún no han existido los interpretadores de su realidad, aquellos que sepan identificar más allá del juego del selvismo una vocación por entenderla y explicarla.