Este es un testimonio de nuestro amigo y colaborador Gianncarlo Scavino sobre la gran Kori Alegría, temprana e infortunadamente desaprecida ayer.
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Conocí a Kori por unos amigos muy allegados a la familia. Ella tenia 15 años y era dueña de una belleza abismal, muy prometedora; yo me desempeñaba como publicista, función laboral que exigía de alguna forma resaltar la imagen de empresas en la ciudad.
Recuerdo que Kori, por la edad aún no quería trabajar como anfitriona, menos como modelo. Dos años después, en el 2003, al presentarse como candidata a Miss Turismo, evento organizado anualmente por la Municipalidad de Maynas, a sabiendas ella del buen trabajo realizado por la productora que en ese entonces dirigíamos con Dorian Fernández (en la cual un año antes habíamos trabajado para que Romy Salazar ganara la corona), nos hablo junto a Carmen, su madre, para apoyarla en el certamen y lo hicimos. Recuerdo la gracia y la inocencia que derrochaba Kori en los ensayos, aquella que segura de sí misma y con buena preparación sabía que conseguiría lo que se proponía. Así lo hizo: ganó el certamen y desde allí podríamos decir que Kori hizo una carrera como modelo. Le fue bien.
Trabajadora 100%, sensible, humanitaria, recuerdo el apoyo desinteresado a un lejano familiar cuando lo necesitaba y también cuando se lo pedían. Aunque se lea como retórico y literario, podría decirse que ese carácter era propio de las reinas, de las verdaderas reinas.
Siempre me pidió consejos, cada vez que fuera necesario o que coincidíamos en algún lugar, consejos principalmente por su carrera. Siempre sabía lo que tenía que hacer, pero nunca dejaba de escuchar. Como toda persona, tenía errores, errores personales que fácilmente podía superarlos, pero fue una chica entregada a su familia, a su madre y sus hermanos, a quienes los respetaba mucho.
La última conversación larga que tuvimos fue en Diciembre del año pasado cuando coincidimos en la presentación de un desfile de modas en el Pardo, acompañaba precisamente a Jennifer, quien era modelo en ese evento. Kori se quedó conmigo entre el público conversando y mirando el evento. Me comentó que ya no esta trabajando en el mundo artístico y publicitario, dedicaba su tiempo a trabajar para una reconocida empresa en la ciudad, que el trabajo le gustaba mucho y que estaba contenta. Me comentó, tal como se lo sugerí que acabara la carrera o que emprendiera una nueva, que no dejara de estudiar
– Si ñañito, de todas maneras – Fue lo que me dijo, entre tantas cosas, aquella noche entre amigos nos divertimos y la pasamos muy bien.
La ultima vez que la vi, fue el lunes 15 de marzo, horas antes que partiera a la eternidad. Llegó con Jennifer a la casa precisamente de los amigos en común que tenemos, en casa de Kelly, la amiga que hace 10 años nos presentó, quien además estaba departiendo junto a sus familiares y amigos íntimos una denominada “quema”, puesto que al día siguiente era santo de Kelly y desde ya, hacíamos planes para el almuerzo del martes 16, reunión que nunca se dio. Conversamos temas frívolos aquella noche, y por cierto los pocos caballeros presentes en la reunión, con la confianza y respeto que nos tenemos apreciábamos su belleza, la misma que ella contestaba con un tierno Gracias.
– Bueno chicos, mañana entonces nos vemos al medio día – dijo.
Se levanto y Jennifer siguió sus pasos, se despidieron de todos, subieron a la Elite roja y se fueron, no pasaba de las once de la noche del 15 de marzo cuando salieron de la casa de Kelly, con toda seguridad todos en la reunión pensábamos que fueron a sus casas.
No hay otra forma de recordar a Kori, bella, trabajadora, llena de optimismo, dueña de un corazón demasiado bueno, impulsado por la verdadera escuela de la vida, que empieza por la familia, de una madre que ha sido padre y madre y de unos hermanos inmensamente buenos e inteligentes.
Es absurdo decir que Kori estará entre nosotros siempre, es mas conciente decir que Kori se adelantó a un destino donde, sin importar el tiempo, llegaremos todos juntos en las mismas condiciones.
Por ultimo, me es difícil escribir estas líneas, pero lo hago porque tengo un profundo respeto por las personas y aquellas que se adelantan a sus destinos providencialmente tienen el completo derecho de ser o hacer valerse por lo menos a través de los amigos. Kori era (es) una buena chica y no lo que se aparenta o se dice de ella. La vida es bella, pero la eternidad también es premio para los buenos.
Se me es difícil escribir este texto, me es más difícil entender por qué los hechos pasan de un momento a otro y golpean la medula más grande del sentimiento, como personas, debemos ser concientes de nuestros actos, coherentes y por sobre todo, aunque no tenemos la vida comprada y nunca la tendremos, debemos vivir sin rencor, perdonarnos y acompañar lo que queda de nuestra real existencia con la mayor tranquilidad posible, libre de cargas y pesares. Difícil, pero no imposible.
Hasta pronto Kori.
Link: Jaime Vásquez escribe sobre Kori (Pro & Contra)