Archivos para marzo, 2009

La página web del diario Pro & Contra de Iquitos ha levantado finalmente en video las restante tres partes de la extensa entrevista que brindó César Hildebrandt a tres periodistas loretanos (Jaime Vásquez, Héctor Tintaya y Paco Bardales), a raíz de su reciente visita a la Amazonía, invitado por Tierra Nueva Editores para actividades académicas y culturales.

Anteriormente habíamos levantado el primer video de esta serie de cuatro. En esta ocasión, miren el segundo video de esta serie, a partir de la mitad, en el cual Hildebrandt nos confiesa su nueva opinión sobre los blogs,  aquellos que no volverá a  visitar y aquellos que aún consulta, a pesar del nombre. Por ahí se hacen referencias diversas (y dispares) a los megablogs peruanos El Útero de Marita y La habitación de Henry Spencer. Se da por evidente que CH ya no cree mucho en la blogósfera como antes

Pero no solo sobre blogs habla Hildebrandt, sino sobre cultura, sobre las deudas que tiene el país con la Amazonía (una verdadera cátedra sobre el tema), sobre política y periodismo.

En suma, una nutrida, entretenida y muy ilustrada  entrevista con uno de los periodistas más polémicos y respetados del Perú.

¡Joepúcta!

Publicado: 31 marzo 2009 en Gino Ceccareli
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-¡Me dijo que sí!, ¡La Ana Carenina se va a casar conmigo!- Se decía en voz alta para terminar de convencerse mientras caminaba por la trocha que iba desde la casa de su futura esposa hasta el pueblo de Bagazán. Necesitaba oírlo, escucharlo, no importaba si era  el mismo quien se lo decía. Winchester Panduro apretaba los dientes y cerraba los puños como si acabara de ganar una pelea. En su corazón ya no podía caber más felicidad: en un mismo día la imprenta de Requena le hizo llegar los doscientos ejemplares de su primer libro de poesía titulado “Poemas” y la blanquiñosa que le había robado el corazón le había dicho que sí, después de pensarlo por seis semanas.

-]Te vas a casar Winchester!- gritó mirando el camino -Voy a tener hijos blanquitos, carajo, y ya no tendré que gastar en putas- se decía mientras avanzaba por el camino.

Oh, Bagazán!

Pueblo indómito,

Que aunque nunca tuviste guerras

Sabemos que eres invencible.

En tu puerto sin par

Tus hermosas mujeres

Son acariciadas por las aguas

Del majestuoso Ucayali

Oh, Bagazán!

Las luciérnagas te saludan por las noches,

Y en el día, cobijados por el sol regional

Tus hombres trabajan

Orgullosos de haber nacido

En tu suelo tropical.

Oh, Bagazán, Oh, Bagazán!

-Seré todo lo feo que quieran, pero ahora tengo una mujer y un libro.

La casa de Ana Carenina quedaba a unos diez minutos del centro del pueblo, apresuró el paso, estaba anocheciendo y quería llegar a su casa lo antes posible porque se sentía inspirado. Quería escribir.

-Cálmate Winchy- pensó- no estaría bien que los envidiosos vean que estás feliz. Mi matrimonio será una sorpresa.¡Los cagué a todos! Incluso dentro de unos años hasta podría ser alcalde, carajo.

Sacó uno de sus libros de la bolsa de tela que llevaba colgada al hombro. Estaba orgulloso de ellos, sobre todo porque había tenido la gran idea de poner el título de la portada con letras góticas y doradas.

-¡Qué lindo libro! Ahora sí me van a respetar. Es un libro para acariciarlo. Ya puedo decir que soy un poeta cuando me presente. Nadie podrá dudarlo porque ahora sí tengo un libro. La felicidad existe y me ha tocado el corazón. ¡Puta, es un lindo verso!, creo que encajaría bien para mi poema sobre Ulises.

Avanzaba mirando el camino para no ensuciarse los zapatos.

Cuando se ama de verdad, no se miente.

Cuando el amor es franco y sutil, me siento útil

Cuando cierro mis ojos, te apareces

Y mi alma entera es un torrente

Puedo escribir los versos más hermosos esta noche.

Con tu piel blanca

Con tus miedos

De alondra perseguida

Te llevaré al río sabiendo que eres mozuela

Y si no eres mía,

De nadie seré!

Winchester había nacido en Flor de Punga, también a orillas del río Ucayali, a un día de travesía desde Bagazán. Trabajaba desde los dieciséis años como profesor de lenguaje. Antes lo habían destacado a Tiruntán, también en el Ucayali, río arriba, como maestro de la Escuela primaria de donde fue expulsado por plagio poético:

          • Tiruntán, 26 de Mayo de 1961

Señor Winchester Panduro Rengifo.

De mi consideración.

Tengo el agrado de dirigirme a usted a través de ésta misiva para informarle que por iniciativa del suscrito he enviado a Pucallpa, más precisamente, al reconocido profesor y poeta Jaime Dávila Durango una copia de sus versos que usted mismo lee todos los días a sus alumnos y profesores de nuestra prestigiosa Alma Mater  y que le han valido el reconocimiento de toda la población, incluso de haber ganado los Juegos Florales «Sacando callos al cerebro» organizado por usted mismo, para que el poeta pucallpino los lea y así publicar sus poemas a fin de que nuestra localidad tenga por fin un poeta reconocido.

Lamentablemente el profesor Jaime Dávila D. nos respondió que los poemas enviados no son de su autoría de usted como venía afirmando, sino de un tal Luis Cernuda.

Es por esa razón que como máxima autoridad de este Centro educativo me veo en la obligación de rescindir su contrato como profesor de Lenguaje ya que el cuerpo educativo ha considerado su actitud como plagio, malas maneras, abuso de confianza y vergüenza para la localidad.

Quedo de usted.

    Maximiliano Tapullima Pérez

Director del C.E. Santa Rosa de Tiruntán

“Es tan feo que le duele la cara”, solían decir las mujeres que lo conocían. Winchester siempre andaba impecable y con la ropa bien planchada, todos los días sufría cada vez que tenía que luchar armado de vaselina contra sus cabellos hirsutos. Sus bigotes ralos y agresivos, sus pómulos salientes y sus ojos pequeñísimos le daban un aire de duende. Ana Carenina era una joven solitaria y tímida, nieta de un comerciante español. A sus dieciocho años seguía siendo virgen y nadie supo nunca como aceptó las visitas de Winchester.

-¡Alto ahí, carajo! ¡No te muevas conchatumare!- Retumbó una voz. El poeta se quedó frío mientras era rodeado por un grupo de militares.

-¡Es la leva!- Gritó el teniente Timoteo Huamán. -¡Llévenlo junto con los demás joepúctas!.

Caminaron hasta la plaza del pueblo donde estaban formados más de una centena de jóvenes reclutados por la fuerza y que estaban vigilados por una docena de soldados armados.

-¡Hagan formar a este conchasumare junto con los demás joepúctas!

-¡Mierda!- penso Winchester, -ahora sí que me jodí.

-¡Van a pasar uno por uno delante del Teniente para que se identifiquen!- Gritó el sargento.

-¡¿Cómo te llamas y que edad tienes chatumare?!- Iba preguntando el Teniente Huamán.

-Atalayo Meneses Zumaeta, mi teniente…tengo diecisiete años mi teni…

-¡Párese derecho joepúcta! ¡¿Tienes malaria, eres cojo, leproso o tienes gonorrea?! ¡carajo! ¡Que le revise el enfermero!

-¡¿Y tu chatumare, joepúcta?!

-Roger Fasanando Del Aguila, mi teniente y tengo 19 años…

-¡Habla como hombre, joepúcta cojudo!

-¡Nombre y edad, chatumare!

-Higinio Manuyama Meza y voy a cumplir diesi…

-¡Cállate joepúcta y anda donde el enfermero para que te revise! ¡Apúrese!

-!¿Y tu, como te llamas, feo de mierda?!

-Mi nombre es Winchester Panduro Rengifo, señor, tengo dieciocho años y soy maestro del coleg…

-¡Cierra la boca, carajo joepúcta, adefesio de mierda!!

El teniente acercó su rostro para ver mejor la cara de Winchester y después de observarlo por un momento hizo una mueca de asco. La tarde caía y las facciones del poeta se diluían por la poca luz acentuando más aun su aspecto de duende.

-¡¿De dónde ha salido este joepúcta?! ¡Miren esa cara! ¡¿No te da vergüenza salir a la calle con esa cara de sachavaca, conchatumare?!

El hombre es el reflejo de Dios

Y toda la selva retumba de felicidad

Los pájaros cantan algarabías de amor

Porque Dios les enseño a volar

¡Tanto amor y poder hacer todo contra la maldad!

Cada vez que veo un árbol, una flor o un río,

Veo el rostro de Dios

Ay de mí!

Ay de ti!

Ay de todos!

Si no creemos en Dios,

¡Nada somos!

El poeta sudaba y temblaba ante los gritos e insultos del teniente y trataba de mantenerse firme y marcial.

-¡Bien feo es este joepúcta, carajo! ¡¿Qué es lo que llevas en esa bolsa, horroroso joepúcta?!

-Son libros, mi teniente.

-¡¿Libros?!, ¡¿Libros?! ¡¿Qué clase de libros, joepúcta, carajo?!

-Libros de poesía, son míos, yo los escribí…

-¡Muéstreme, carajo!

Winchester, temblando sacó un libro de la bolsa y le dio al teniente.

-Miren, nomás, poeta había sido el feísimo éste… dijo hojeando en la oscuridad.

-Poeta… poeta, ¡es un poeta! ¡La pucta que te parió, eres un poeta!

El teniente Huamán cambio de semblante y hasta parecía emocionado.

-¡Sargento! ¡Venga para acá! ¡Apúrese joepúcta carajo! ¡Cuántos joepúctas hay acá!

-Ciento veintiún, mi teniente.

-¿Cuántos libros tienes ahí, poeta?

-Ciento noventa y nueve, señor. Le acabo de regalar uno a mi futura mujer…

-¿Y cuánto cuesta cada libro, poeta?

-Cinco soles, mi teniente, pero yo le puedo rega…

-¡Sargento! ¡Se le compra todos sus libros al poeta, y tu le comprarás diez, joepúcta, carajo! ¡Vaya a la lancha y traiga la plata para pagarle!

-¡A la orden mi teniente!

La oscuridad había invadido el pueblo. El sargento regresó a paso ligero alumbrando con una linterna y con el dinero dentro de una bolsa de papel que entregó al teniente.

-Misión cumplida mi teniente, hay novecientos noventa y cinco soles, mi teniente.

-Tenga su plata, poeta, siga nomás. Puede irse poeta, que le vaya bien poeta, mis respetos poeta… ¡Un aplauso para el poeta!

Los ciento veintiún reclutas, el sargento, el enfermero y los soldados aplaudieron en la oscuridad.

-Gracias mi teniente- balbuceó Winchester que seguía temblando.

Se alejó con paso tambaleante y cuando estuvo a unos treinta metros empezó a correr adivinando el camino que llevaba a la casa de Ana Carenina. Ya no le importaba ensuciarse, se tropezó y cayó varias veces, ni siquiera se acordó de sacar su linterna que llevaba en el bolsillo de su pantalón, las ramas y hojas despeinaron su recia cabellera mientras apretaba el sobre que contenía el dinero contra su pecho. Cuando llegó a la casa de la amada suspiró tres veces para calmarse y conteniendo el jadeo golpeó la puerta.

Su blanquiñosa novia, asustada, con un lamparín en la mano se arrimó en la ventana para preguntar quien golpeaba la puerta tan fuerte.

-¡Carinita, Carinita! Soy yo, tu Winchy! ¡Ya tengo la plata para casarnos!- Gritó.

Ana Carenina abrió la puerta y mucho más los ojos sin entender lo que pasaba. Unas lágrimas recorrían los pómulos salientes de Winchester.

-¡Ha sido un día maravilloso, Carinita de mi alma! ¡Acabo de conocer a un militar culto que es más bueno que Dios!

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Tal vez lo común sería seguir con el disco rayado de linchar a Burga y sus contertulios turísticos (que son probablemente los peruanos que mas viajes realizan al exterior por año, con el cuento de los campeonatos)

Podría maldecir a toda la descendencia y ascendencia de “conejo catalán” Chemo (que ahora me cae más mal que cuando vi su comercial cojudón) pidiendo su cabeza y resaltando su incapacidad e ineficiencia 

De repente podría despotricar contra los jugadores y su mediocridad e instinto – imán para las juergas y el vacilón antes que para dar el alma por la selección y acordarme, así, de Pizarro y sus patas en el golf (hembritas ricas incluidas)

Podría ponerme tal vez a analizar estrategias, errores técnicos y tácticos al fiel estilo de los impresentables comentaristas deportivos peruanos.  Mención especial tienen en esta categoría: el minusválido de la pronunciación de Gonzalo Núñez – que habla como Shaluco ¿se han dado cuenta? –  o el pinta de cabro de Lucho Trisano o el hijo negado de Barney y Cassaretto de Phillip Butters o la versión chibola de Belmont, Eddie Fleishman.  Sería un mate de risa verlos jugar un partidito a estos genios del futbol, a ver  si saben tanto como hablan, ¡que bestia!.

O puedo simplemente emborracharme con macerado de coca (o algún otro mortal trago Palo alto, Palo alto) como un triste y sentirme perdedor, deseando (solo en este aspecto) haber nacido brashico. Tengo rabia, qué duda cabe, pero…

¡No!

No voy a hacer lo predecible, no lincharé, ni maldiré, ni despotricaré, ni analizaré nada en contra del futbol o del sistema. Por el contrario, voy a referirme a la verdadera razón por la que nos afecta el futbol. Y es porque simplemente somos ilusos e irracionales. Ilusos porque seguimos creyendo, porque a pesar de que en realidad nunca la hicimos en el futbol (¿cuándo se gano un mundial? ¿cuándo fuimos realmente una potencia?) seguimos en la necia idea de volvernos locos en torno a un partido. Irracionales porque si lo que nos diferencia de los animales es la razón, no entiendo qué nos pasa en este sentido con el futbol. Por más que nos hace mucho daño ver un partido de la selección, casi al riesgo del infarto, nos seguimos reuniendo frente a un televisor y le seguimos gritando a la pantalla (como si nos escucharan) y nos ponemos colorados de la cólera con cada error y fruncimos fuertemente cada vez que se acercan a nuestra portería, para finalmente, siempre, pero siempre, sentir el sabor de la derrota.

 ¿Esto tiene sentido acaso? ¿No somos unos completos animales entonces?

Por eso y otras razones ¡RENUNCIO!, sí, renuncio  a ser hincha del futbol, renuncio a la idea de que exista algún equipo de futbol en este país, no puedo hacerme más daño, no estoy tan loco, ni soy tan masoquista. Fuera la pasión y toda esa vaina ¡Fuera de aquí!

 Tomemos reales cartas en el asunto y olvidemos este maldito deporte, por el contrario lleguemos a un acuerdo nacional y a partir de ahora vibremos  con el surf, por ejemplo (que mejor nos representa en el mundo) o institucionalicemos el box femenino como deporte nacional (con Kina Malpartida como la estrella referente) ¡Sí! que pasen estos encuentros por televisión y que la gente se vuelva loca con cada puñetazo de la Kinita a otra peso pluma de cualquier otro país o con cada quiebre endemoniado de la gringa Sofí sobre las olas de alguna playa (que quizá nunca conoceremos). En eso sí campeonamos ¿no?

Hay antecedentes, somos campeones del mundo ¡carajo! Y parece a nadie importarle ¿Por qué no nos sentimos orgullosos de eso? ¿Por qué no nos volvemos locos y salimos en caravanas interminables? Retiremos el futbol de nuestras vidas, abandonemos la idea de seguir con esta farsa, no servimos para el deporte de Pelé y esa es la realidad, desinflemos las pelotas e incinerémoslas, transformemos los estadios en parque ecológicos o plazas para enamorados (¡muac muac!), modifiquemos las canchas múltiples y hagámoslas dúplex (sólo de básquet y vóley), nada de escuelitas de fútbol para menores dirigidas por cachudos como profesores (me refiero al felino de la U) y finalmente, que se prohíba ese deporte de la desolación y el desconsuelo , por decreto supremo y punto.

De repente así, lograríamos a un largo plazo que las futuras generaciones vean al futbol como algo muy lejano e incomprensible, como el rugby, el jockey o algún otro sobre hielo, que a nadie le interese, ni le apasione y tal vez nuestros hijos y nietos no sientan lo que sentimos cada vez que pierde la selección y no sepan lo que  se siente ser los últimos, los peores, la burla del continente. Así los salvamos de sentir el sabor del polvo en la boca, pero el de la derrota.

Me seco las lágrimas (¡puta qué cólera!).

Iquitos suele ser impredecible. Algunas  semanas atrás, se anunció con bombos y platillos el retorno de Juaneco y su Combo a escenarios locales, como preludio de lo que, se creía, iba a ser una orgía de sabor y cumbia psicodélica. Su presentación en la exclusiva discoteca Noa no congregó más de 200 personas, mientras el gran concierto popular  fue rápidamente confinado dentro de los anales de la indiferencia.

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Aunque suene contradictorio, la furia charapa musical, que pasea su música a nivel nacional e internacional, con beneplácito y la reciente bendición de la Eisha-pituquería (que lo mismo ha canonizado al inclasificable y desabrido Bareto por razones de aburrimiento) no puede competir aquí con las ocho mil almas que todos los fines de semana mueven sus rollitos al compás de la agrupación Explosión, dueña y señora absoluta de la noche.  El que no está dispuesto a bailar hasta que amanezca y reírse sin disfuerzos (a pesar de un inconcebible Plan Zanahoria decretado por la autoridad edil), mejor que pique en prima para otra parte, porque en esta ciudad no la hace.

 

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Es cierto, nadie puede dudar que clásicos como Ya se ha muerto mi abuelo,  Mujer hilandera o Vacilando con ayahuasca desatan encendidas pasiones entre la muchachada (así como en sus padres y abuelitos). Tras cuarenta años de delicia rítmica, negar el legado de Juaneco y su combo no solo es inútil, sino, más, toda una herejía. Sin embargo, dados los tiempos cholotuberos, resulta difícil comparar a un Wilindoro Cacique sacudiendo penosamente la artritis con una bailarina de diminutas prendas y espíritu de licuadora humana.

 

En la selva todo entra por los ojos (y también por la piel).

 

Por: Luis Gómez

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Recuerdo hace 2 años atrás ver un programa de noticias por cable que cubría un evento en Sidney (Australia), en el que se hacía referencia que la Gran sala de Opera y algunos lugares más apagarían sus luces a favor del planeta. Hasta ese momento me parecía algo muy interesante todo lo que allí se desarrollaba. No sé de donde salió dentro de mí un suspiro y pensé «si tan sólo se hiciera algo así en mi ciudad».

Dos años después, mi país participaría de ese gran evento a favor de aquella descuidada y maltratada gran masa que nos alberga. Era “La Hora del Planeta”.

Sábado, 28 de marzo. Se rumoreaba que habría un gran apagón en todo Iquitos, muchos hicieron planes de pasarla en sus casas, temiendo quedar a oscuras en una ciudad plagada de bulliciosas mototaxis, a merced de cualquier accidente o de cualquier desgracia que el supuesto apagón podría conspirar junto con cualquier chofer imprudente. En medio de todo lo que sucedía, escuché sonar del teléfono y en ella la voz de una hermosa chica que decía que mi cita con ella se cancelaria por este maldicho rumor.

Eran las 8 de la noche, los nervios de cubrir este evento y hacer mi primer post para diariodeiqt.com me embargaban. Fui a una iglesia a la cual suelo acudir con cierta frecuencia tan solo para hacer acto de presencia, pues mi meta era estar en la Plaza de Armas, donde suponía que sería el mejor lugar para cubrir los “60 minutos en Iquitos” a favor del clamor de nuestra madre naturaleza.

8:20 p.m. Dentro de la iglesia miraba mi reloj marca Timex, cual novio primerizo esperando la cita con su novia, y decía que la hora tan esperada por mi se acercaba; 8:25, Salí de la iglesia con el apuro de no perderme lo que podría suceder. 8:27 p.m; la emoción y la adrenalina corrían por mis venas, cual reportero [¿..?] emocionado cubriendo un evento bélico; me decía que tenía que llegar a tiempo antes de que el mal ponderado Electroriente – según yo – apague las luces. 8:30; estoy en la calle Putumayo cuadra 5, a tres cuadras de la plaza, no veo nada fuera de lo común; esperé que se produjera al menos algo referente a las luces de las calles. Recordé que había adelantado mi reloj por 5 minutos.

Son las 8:33 p.m. Estoy en la plaza y veo carpas, una especie de campamento armado. Varios jóvenes universitarios prestos para salir en defensa del medio ambiente. De un momento a otro, se oyen algunas de las campanadas de la Iglesia Matriz. Luego se oyó el sonido de una sirena, pero no de los carros de los policías o de los serenos, pues suponía que apoyarían la causa justa, era una simple sirena del megáfono del que liderada este grupo de jóvenes a favor de la naturaleza. Eran ya las 8:35.

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Muchos de los jóvenes se juntaron entre ellos, con pancartas que contenían textos alusivos a la ocasión en sus manos. A lo lejos se oye por medio de un megáfono la voz de alguien que va alentando a los concurrentes de la plaza a ser participes de esta actividad, mencionado que muchas ciudades del mundo como Roma, Italia, Atenas y otras se están uniendo a favor del planeta, recalcando que Iquitos y el Perú no son la excepción. Muchos en la plaza los observan, algunas de esas personas ni sabían lo que pasaba, no sabían el porque alguien llevaba un cartel donde decía 60, hora del Perú. Muchos hasta pensaron que se trataba de una de las muchas protestas que comúnmente se realizan, no tenían ni idea que la única protesta de estos jóvenes guerreros de la naturaleza iba dirigida contra la contaminación.

El primer establecimiento en apagar sus luces fue el Amazon Café, seguido de la heladeria Giornatta, le siguieron El Dorado Plaza Hotel, el Centro Social Internacional y muchos otros que estan conscientes de que la tierra tambien necesita un respiro. Inclusive los carritos sagucheros del boulevard (ubicados en la primera cuadra de la calle Nauta apagaron sus luces). Los aplausos llegaron en señal de agradecimiento. No faltó aquel local que por viveza o talvez por la mal llamada “criollada peruana” no quiso apoyar, pero aquí es donde salia a resaltar aquello que caracteriza a todo luchador.

Ya la hora del planeta llegaba a su fin y la lucha valió la pena, los guerreros llegaban al punto de partida, aquel lugar donde levantaron su campamento. La voz de quien dirigia no cesaba, hasta que por fin faltaban solo 30 segundos y empezó la cuenta regresiva en alta voz. Se hizo un pequeño mitin despues de la lucha. El que lideraba.,Isaac Núñez, presidente de la Comsión Colectivo Verde, dio sus palabras a cerca de lo que significaba esta lucha, haciendo una reflexión de lo que pudiera suceder en un futuro no muy lejano si no tomamos encuenta lo que significa nuestro medio ambiente. Aproveché para hacerle algunas preguntas:

¿Qué opina ud. sobre este movimiento que se a levantado esta noche alrededor del mundo?

En primer lugar, las expectativas has sido colmadas, has visto la participación masiva. Pensábamos que íbamos a ser un pequeño grupo y al final se masificó. Para nosotros fue la iniciativa y todos los años en esta fecha el 28 de marzo de cada año nos estaremos movilizando y siendo parte de toda la campaña a nivel mundial de lucha contra el cambio climático y el calentamiento global.

¿Qué opina de todas las empresas que han apoyado en este evento?

Yo creo que las empresas han asumido y tienen conciencia ambiental. Saludo a las diferentes empresas que han entendido este mensaje y entienden de que Iquitos es una ciudad ecológica, turística y que el rio Amazonas será la próxima maravilla natural del mundo, y hacia ese resultado creo que estamos apuntando y eso nos satisface. La mayoría, cerca de un setenta por ciento de las empresas visitadas han apagado sus luces y eso para nosotros es una buena respuesta.

Lo que a mí me llamo la atención es el movimiento que hubo de jóvenes ¿Qué opina Ud. sobre ello?

Efectivamente, son los jóvenes hoy la fuerza de cambio, son los jóvenes hoy que tienes la tarea y la misión de ir sensibilizando a otras generaciones, a los niños a los adolescentes.

¿Ud. representa a un solo grupo o están reunidos varios grupos aquí?

Aquí hay varias instituciones, están la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, está el representante del Colectivo Verde, está representando la Asociación Kallpa, están los estudiantes universitarios, está la asociación Bahas. Hay varias instituciones que de manera organizada han actuado y que han hecho caso a la convocatoria del Colectivo Verde.

Valió la pena el esfuerzo, valió la pena la lucha, algo se hizo. Claro que los 60 minutos no han sido suficientes, ahora nos corresponde a nosotros seguir dándole mas de un suspiro a nuestra madre, que hoy por hoy necesita de nuestra ayuda. Depende de nosotros consolarla y quien sabe, revertir lo que hasta ahora parece irreversible. Depende de nosotros salvar nuestro hogar.

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